lunes, 26 de septiembre de 2011

Reparando la Casa


Quien no ha tenido alguna vez que arreglar algo de la casa, una llave que gotea, una limpieza de calefont y cuanta cosa más se puede estropear o mejorar en el hogar. Cada una de estas reparaciones significa tener que buscar un maestro y cotizar la reparación del objeto en cuestión......esa es la tarea más fácil de todo el proceso. Primero hay que lograr que el maestro llegue el día y hora acordada, que es casi imposible, pues lo habitual es que llegue un par de horas atrasado o que te deje plantada. Pero lo peor empieza cuando el maestro llega con sus herramientas a intervenir tú plácida tranquilidad. No se si soy la única que ha tenido malas experiencias, pero solo quiero manifestar, sin ánimo de herir a nadie,  mi desagrado con estos personajes. En general son mentirosos, y siempre las primeras falsedades que te cuentan son  que saben hacer de todo, seguido de que se demoraran sólo un par de horas....y uno cae redondita con explicaciones técnicas. y pasan y pasan las horas y el maestro sigue en tu baño o cocina, con piezas desparramadas por el piso y sin ánimo de terminar la labor. Ni hablar cuando empiezas a notar que toda tu casa está llena del polvillo que el maestro ha lijado de tus muros.....si hasta el gato se deprime con tamaña intervención. Y si uno tenía intenciones de  que el maestro se fuera como a las 17.00 hrs y ves con horror que son las 20:00 y él sigue ahí con todo desarmado, los ánimos se terminan por desmoronar....aunque el objeto esté reparado. Lo único que uno quiere es que el personaje desaparezca pronto. 
¿porque cuento esto? Bueno, la explicación es que hace unos días pusimos una puerta en un lugar de la casa donde no existía, lo que significaba poner el marco e instalar la puerta....parece fácil para el que sabe.

Ahí estuvo nuestro error...el maestro contratado empezó mintiendo que era fácil y que solo demoraría medio día. Llegó tarde y sin las herramientas necesarias, por lo que tuvo que volver a salir. Empezó a trabajar cerca de las 12:00 hrs. llenando de aserrín uno de los dormitorios y gran parte del comedor. Cortó mal el marco y luego estuvo gran parte de la tarde tratando de arreglar lo hecho. No supo usar los tornillos específicos que habíamos comprado y los usó a su pinta; nos hizo cambiar la puerta porque según él, no era la medida adecuada, aunque después debió rellenar los espacios que le sobraron......en buen chileno "se le fue en colleras".
Finalmente dejó instalada la puerta aunque con el marco con algunos parches y completamente suelto....si hasta dañó una mesita que usó para cortar. Y, con todo el desastre causado y por la verguenza que debe haber tenido, se fue rapidamente... si ni siquiera alcanczamos a revisar el trabajo en su precencia. Todo mal.
Despúes de los garabatos de rigor, estuvimos pensando las alternativas que teníamos para solucionar los problemas....
1. Llamarlo nuevamente y que reparará todo......ni hablar, yo no quería ver su cara nuevamente en mi casa, además claramente no sabía lo que hacía.
2. Buscar un nuevo maestro y que desarmara todo para hacerlo otra vez, lo que implicaba otro día con maestros en casa y comprar todos los materiales nuevamente.......mejor que no
3. Arreglarlos nosotros....Y eso es lo que hicimos.
Despues de algunos martillazos y unas manos de pintura, la puerta quedó bien instalada...si hasta se ve bien.

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