Ahora que el otoño está cubriendo nuestra ciudad y que los aromas del verano nos abandonan poco a poco, es el momento preciso para almacenar y congelar todas las frutas y verduras veraniegas, lo que nos permitirá saborearnos con ellas en pleno invierno. Las posibilidades son infinitas y solo se ven limitadas por el tamaño de nuestra despensa y congelador. Nosotros ya tenemos nuestra provisión de mermeladas caseras, humitas y porotos granados.
Hoy fue el turno del Pesto, esa aromática crema de albahaca que utilizamos para condimentar las comidas y que desprende el agradable aroma de este maravilloso vegetal, cada vez que abrimos el frasco. Acá la receta que me enseño mi madre, para quien se anime a intentarlo:
Pesto
Albahaca fresca en gran cantidad, nueces, queso rallado, dientes de ajos (6 o 7), aceite de oliva y sal. La receta es simple: colocar todos los ingredientes en una juguera o minipimer y moler hasta obtener una pasta homogenea. Guardar en frascos herméticos dentro del refrigerador o congelar. Queda muy rico si aliñas pastas o se lo agregas a la cocción de arroz o legumbres. Hay versiones de pesto un poco más sofisticadas que reemplazan las nueces por piñones o pistachos.
Albahaca fresca en gran cantidad, nueces, queso rallado, dientes de ajos (6 o 7), aceite de oliva y sal. La receta es simple: colocar todos los ingredientes en una juguera o minipimer y moler hasta obtener una pasta homogenea. Guardar en frascos herméticos dentro del refrigerador o congelar. Queda muy rico si aliñas pastas o se lo agregas a la cocción de arroz o legumbres. Hay versiones de pesto un poco más sofisticadas que reemplazan las nueces por piñones o pistachos.
Queda mucho mejor con el ajo picado finito y frito en aceite de oliva....ñami ñami!
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