miércoles, 31 de octubre de 2012

Planificar el Retorno al Trabajo


Después de varios meses en casa junto a mi pequeña y de estirar al máximo posible mis licencias y vacaciones, tuve que empezar a preparar, no sin un dejo de tristeza y miedo, mi retorno al mundo laboral. Las preguntas se agolparon en mi cabeza...¿ quién cuidará a mi niña? ¿tomará leche en mamadera? ¿que hago con mi leche...me la sacaré en la oficina? ¿como hago para estar bañada, vestida y maquillada a las 9 de la mañana? ¿que hago con mi cara de sueño por una noche desvelada? ¿y si ando angustiada y apenada por la lejanía?...vamos por parte.
Gracias a un consejo de un gran amigo, contratamos a una niñera cuando mi pequeña tenía 5 meses. Al principio fue espantoso pues se la pasaba llorando todo el día al punto que yo solo quería que la señora se fuera rápido. Luego de 3 semanas, la relación empezó a cambiar hasta el punto que hoy, para tranquilidad mía  ya son amigas. 
Respecto a la leche, después de varios intentos desistimos de darle leche de fórmula en mamadera...simplemente no se la quiere tomar. Solución? sacarme leche, congelarla e ir dándosela diariamente en mamadera. Hasta ahora funciona bien. Esperaremos un tiempo más para volver a intentar con la leche de fórmula. Por esta misa razón he debido sacarme leche en la oficina. No es muy cómodo ni fácil, pero necesario para mi nena y para que mis pechugas no me duelan durante el día....ya veremos hasta cuando puedo mantener este sistema.
No ha sido fácil estar lista a las 9 de la mañana, pero lo hemos resuelto familiarmente, mientras uno se baña, el otro ve a la niña y luego viceversa; tomamos desayuno los 3 en la cocina y hemos logrado estar bien sin muchas complicaciones. 
Y la cara de sueño???' eso si que no tiene arreglo, pues no hay maquillaje que oculte una mal dormir. Pero ya me acostumbre a andar y funcionar con sueño...
gracias a que soy planificada, la angustia por la separación de mi guagua la viví hace algunas semanas, cuando solo me dediqué a ir de compras y hacer trámites. La gracia de esto fue que si me sentía angustiada, me devolvía a casa rápidamente para estar con mi beba; de este modo, al cabo de unos días ya no me sentía tan nerviosa y pude controlar mi angustia. 
Ahora ya sentada en mi oficina, solo me limito a comunicarme con mi niñera para que comente los pormenores del día, tal como lo hacen todas las madres trabajadoras.


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